22Oct
Cuando todo tiene nombre
Hay algo que al manipulador siempre le conviene: que no sepamos cómo nombrar lo que nos está haciendo.
Porque si no tiene nombre, no existe. Y si no existe, no se cuestiona.
Porque si no tiene nombre, no existe. Y si no existe, no se cuestiona.
Así es como se normaliza el control, la humillación disfrazada de consejo, el abuso emocional envuelto en un “te lo digo por tu bien”. Así es como dejamos pasar lo que nos descoloca, lo que nos hiere, lo que nos silencia.
Pero cuando logramos ponerle nombre a lo que estamos viviendo, algo cambia.
Pero cuando logramos ponerle nombre a lo que estamos viviendo, algo cambia.
Y cuando todo tiene nombre… todo puede cambiar.
Porque ya no es el otro quien domina la narrativa. Es una la que empieza a ver, a decidir y, sobre todo, a poner límites desde su propia conciencia.
En El juego mental del terapeuta, mi nuevo libro, aprenderás a identificar esos comportamientos que nunca supiste cómo llamar —precisamente porque a los manipuladores no les conviene que los reconozcas.
Y cuando todo tiene nombre… todo puede cambiar.
Y cuando todo tiene nombre… todo puede cambiar.
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